LA GEOLOGÍA DE CHIAPAS, CLAVE PARA COMPRENDER LA EVOLUCIÓN DE LA MARGEN SUR DE NORTEAMÉRICA
Dichas orientaciones se mantienen regionalmente, debido a que los límites del basamento ígneo y metamórfico expuesto (complejo ígneo y metamórfico macizo de Chiapas), los bordes de cuencas jurásicas (y rocas volcánicas asociadas), la suite plutónica micénica de la costa de Chiapas, el arco volcánico Chiapaneco, hasta las fallas siniestrales activas, todos mantienen dichas tendencias. Esto sugiere que hay zonas de debilidad heredadas, quizás de escala litosférica, las cuales se han reactivado en diferentes eventos tectónicos que incluyen la amalgamación de Rodinia y Pangea, extensión y magmatismo en el Ediacarano y en el Jurásico temprano, la rotación del bloque de Yucatán, fallamiento y magmatismo micénico, y vulcanismo y magmatismo activo.
Esta fue la motivación para hacer un proyecto de grupo para estudiar de manera integrada la naturaleza de dichas zonas de debilidad, a lo largo tres transectos transversales a ellas, desde tres perspectivas: una basada en geología estructural de superficie, otra en el estudio petrogenético de rocas ígneas canalizadas a lo largo de dichas zonas, y la perspectiva geofísica, a partir de modelos corticales obtenidos de la inversión de los sondeos magnetotelúricos (MT), los cuales en comparación con datos geológicos, permiten ver la continuidad de las estructuras a profundidad y definir los límites entre los bloques litosféricos.
Esta presentación se enfoca en una revisión general de los rasgos tectónicos más importantes de Chiapas y sur de Oaxaca, desde la perspectiva geofísica y geológica. Esta última nos muestra una historia geológica de larga vida, altamente condicionada por la presencia de zonas de debilidad de escala litosférica, las cuales condicionan la continuidad y manifestación de subsecuentes elementos tectónicos y procesos geológicos. Además, permite comprender mejor los mecanismos de ganancia y pérdida de masa continental de la placa norteamericana a lo largo de su historia.